Google ya ha puesto en marcha los cambios en su política de privacidad
que implican que podrá reunir y combinar los datos de los usuarios
recogidos en todos sus servicios (GMail, GDocs, YouTube, Picasa,
Google+...). Aunque para muchos usuarios el cambio pasará casi
desapercibido porque afectará
sobre todo a los anuncios y contenido relacionado que Google muestre a
través de sus servicios, para muchos otros es una intromisión en la
privacidad con fines estrictamente comerciales.
En
ambos casos son muchos los que quieren evitar, en la medida de lo
posible, que Google dé a sus datos el trato aprobado en las nuevas
normas de uso sin abandonar sus páginas. Y aunque es inevitable que la
compañía del buscador recoja información de sus usuarios -siempre de
forma anónima- para mantener su modelo de negocio, sí es posible
ponérselo difícil con tres sencillas medidas:
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1.- Evitar utilizar sus servicios.
Dicho de otra manera, buscar alternativas al correo, los mapas, los
vídeos o el buscador de Google. Escoger compañías con políticas de
privacidad acorde a nuestras necesidades y utilizar lo que ofrecen en
lugar de lo que ofrece la compañía de Mountain View. De este modo no
sería necesario abrir una cuenta de Google o, en el caso de que ya
existiese, sería posible almacenar los datos que contenga y eliminarla a continuación.
2.- No entrar con tu cuenta a sus páginas si no es necesario. Aunque en algunos casos sea imposible evitarlo si usas sus servicios, la mayor parte de ellos funcionan sin necesidad de estar 'logeado'. Es el caso del buscador, YouTube y Google Maps, quizás los tres más utilizados. Otros, como Gmail, GDocs o Google+, requieren tener activada la cuenta, pero siempre es posible abrirlos en un navegador independiente y utilizar otro para navegar o ver vídeos, lo que garantiza que Google no almacenará la información sobre nuestros hábitos de navegación.
3.- Desactivar el historial de búsquedas de Google y YouTube. Esta medida garantiza algo de privacidad pero no evita estrictamente que Google utilice los datos de navegación de sus usuarios. Consiste en desactivar -en la práctica, poner en pausa- la recogida de datos históricos de las búsquedas que hace el usuario, páginas a las que accede o vídeos que ve. De este modo, si se desactivan 'Google History' y 'YouTube History' como explican en la página de la Electronic Frontier Foundation (EFF), se logrará que Google 'sólo' almacene los datos de forma anónima durante 18 meses por motivos legales y que no muestra al cliente resultados de búsqueda personalizados. La EFF recomienda, además, seis útiles medidas para evitar el almacenamiento de datos que hacen todos los buscadores del mercado.
2.- No entrar con tu cuenta a sus páginas si no es necesario. Aunque en algunos casos sea imposible evitarlo si usas sus servicios, la mayor parte de ellos funcionan sin necesidad de estar 'logeado'. Es el caso del buscador, YouTube y Google Maps, quizás los tres más utilizados. Otros, como Gmail, GDocs o Google+, requieren tener activada la cuenta, pero siempre es posible abrirlos en un navegador independiente y utilizar otro para navegar o ver vídeos, lo que garantiza que Google no almacenará la información sobre nuestros hábitos de navegación.
3.- Desactivar el historial de búsquedas de Google y YouTube. Esta medida garantiza algo de privacidad pero no evita estrictamente que Google utilice los datos de navegación de sus usuarios. Consiste en desactivar -en la práctica, poner en pausa- la recogida de datos históricos de las búsquedas que hace el usuario, páginas a las que accede o vídeos que ve. De este modo, si se desactivan 'Google History' y 'YouTube History' como explican en la página de la Electronic Frontier Foundation (EFF), se logrará que Google 'sólo' almacene los datos de forma anónima durante 18 meses por motivos legales y que no muestra al cliente resultados de búsqueda personalizados. La EFF recomienda, además, seis útiles medidas para evitar el almacenamiento de datos que hacen todos los buscadores del mercado.
Poner en práctica una de estas tres medidas, o combinarlas, dependerá de la necesidad de cada usuario de utilizar los servicios de Google y de la mucha o poca confianza que tengan en la compañía. La primera es sin duda la más drástica y la última la más laxa, pero todas son eficaces según el objetivo que cada uno se marque.
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