Un mes ha tardado en notarse los efectos de la severa ley antipiratería aprobada en Japón y que incluye castigos de cárcel a quienes descarguen contenidos con copyright sin permiso de los titulares de derechos de autor. El desplome en las ventas de música ha sido una de estas consecuencias.
Aunque desde junio se conocía el proyecto y los posibles efectos de la controvertida norma anti P2P aprobada en el país asiático, el Gobierno siguió adelante y aquí están parte de las consecuencias. Si bien su objetivo era luchar contra las descargas sin permiso de los autores que ven cómo se distribuye en la Red parte de su obra, el daño económico se lo lleva de momento la industria discográfica.
Según la información publicada por Japan Today en base a un reciente estudio, las ventas de música en el país del sol naciente han continuado cayendo a pesar de la norma. Para más inri, los consumidores declaran tener menos interés en adquirir productos musicales ahora. En concreto, un 68% de los encuestados asegura que no gastó absolutamente nada en música en el último mes, lo que supone el porcentaje más elevado en esta estadística de la última década.
Confirmada la teoría planteada por numerosos estudios
A pesar de que la caída en el interés por adquirir música en formatos físicos es evidente desde 2004 en Japón según anteriores análisis, la norma antidescargas parece haber impulsado esta tendencia. El elevado precio es uno de los motivos que llevan a muchos a no gastar en productos musicales. Otros se aferran a una corriente de opinión que ha sido demostrada por otros estudios. Hablamos de aquella que sostiene que Internet y las redes P2P como parte de la Red se han convertido en escaparate que permite a los usuarios conocer nuevos contenidos y consecuentemente adquirir estos productos si son de su agrado.
Este resultado podría sorprender a quienes aseguran que persiguiendo las descargas la industria cultural y del entretenimiento volverán a conseguir las ingentes cantidades multimillonarias que acumulaban antes de la llegada de Internet. Nada más lejos de la realidad y a las pruebas hay que remitirse. Quizá hayan conseguido atemorizar a los internautas con elevadas penas de cárcel y sanciones económicas, pero las cuentas de las industrias están llamadas a resentirse. ¿Acabarán pidiendo la derogación de esta norma las compañías si se confirma la sangría en sus ingresos en los próximos meses?
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