Samsung y Apple se puede decir que compiten en todos los ámbitos de la vida ya. Eso sí, en el caso que nos ocupa es un lucha directa, pura y sana, por ofrecer al mercado un mejor producto que la competencia. El eje principal no es otro que el de las pantallas de los móviles, donde compiten desde hace años por ofrecer la más brillante y mejor de todas.
Aunque se trata de un componente que en principio solo podía interesar a los más técnicos, se ha demostrado que dispone de un tirón comercial enorme y que los usuarios valoran cada vez más una buena pantalla, tanto o más que un buen procesador y no digamos una cámara.
Densidad es la palabra
Si bien Apple defiende su trono con la Retina Display de incuestionable calidad, Samsung hace lo propio con sus Amoled. Dos maneras de entender lo que es una pantalla del máximo nivel. Ahora bien con los números en la mano Samsung, ofrece en su Galaxy S3 una densidad de píxel de 306 ppi, frente a los 326 del iPhone 4S. Pues bien Samsung quiere acabar con eso y ya trabaja en paneles con tecnología OLED (organic light-emitting diode) con una densidad de píxel de 350 ppi. Es decir, casi un 10% más brillantes que las que ofrece Apple. Para ello la firma usa una tecnología denominada FMM (Fine Metal Mask) que deposita los píxeles en un sustrato para posteriormente recubrirlo con una capa de fino metal y rociarlo con una sustancia orgánica.
Logro tecnológico
Hay que apuntar que como estamos en unos niveles de calidad enormes, subir un 10% la calidad de un display es todo un logro tecnológico. En el momento que salga al mercado dar por hecho que el Samsung Galaxy S4 o en su defecto el modelo que la firma tenga en el mercado en ese momento usará esta pantalla. Bien es cierto que habrá que esperar a ver qué hace Apple con el iPhone 5, donde es probable que de un giro más a su ya codiciada tecnología Retina.
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