Desde que conocimos que Apple estaba trabajando en unnuevo iPhone (iPhone 5 o como se vaya a llamar definitivamente), los rumores apuntan a una serie de cambios en la pantalla. Concretamente, lo que se ha llamadotecnología “in-cell”, cuyas características intrínsecas permite que el terminal pueda ser más delgado y ligero que sus predecesores.
Por explicar de una manera sencilla en qué consiste estatecnología “in-cell”, hay que decir que los sensores táctiles en lugar de estar encima de los filtros de color, se encuentran dentro (“in”) de estos. Es decir, que esto se traduce en que el terminal puede ser más compacto, más delgado. En estos momentos, la tecnología que utilizan los dispositivos iOS se denomina “on-cell” en la que los sensores táctiles están colocados sobre (“on”) la pantalla. En términos prácticos esto supone restarle espacio a la pantalla, sin merma de su calidad, para, o bien fabricar un teléfono más delgado o bien utilizar ese espacio para otras cosas como, y es solo una idea, poner una batería de mayor capacidad.
Todos estos datos los ha destapado AppleInsider en referencia a un artículo publicado por el analista Ming-Chi Kuoperteneciente a la empresa KGI Securities en el que confirmaba que el nuevo iPhone podría integrar ya esta nueva tecnología “in-cell”. Añade además algunos datos en su informe como que las pantallas de los actuales iPhone estaban compuestas por tres capas: cristal, sensor táctil y LCD, y que con la nueva tecnología la idea es que sensor y LCD formen una sola capa que, en términos prácticos es una disminución de casi 0,5 mm.
Algunos detalles más
El mencionado analista, Ming-Chi Kuo, ha señalado además que Apple podría también reducir el tamaño de su batería, conservando la misma capacidad, y cambiar el cristal posterior por una carcasa metálica (algo dudoso, dado lo mal que se llevan las señales de radio con este tipo de materiales), reduciendo otro poquito su grosor. Si las predicciones de Kuo son ciertas, el nuevo iPhone podría llegar a reducirse 1,5 milímetros respecto al iPhone 4S cuyo grosor es de 9,3 mm.
Evidentemente, se trata de la predicción de un analista pero sí es cierto que la tendencia de los grandes smartphones del momento es hacer terminales de pantalla grande, pero de pequeño grosor, sin mermar las capacidades energéticas. Pensemos, por ejemplo, en el Galaxy S II con un grosor de 8,5 milímetros (se especula que el Galaxy S III sea de 8 mm), o en el HTC One X, de 8,9 mm. Es decir, que los iPhone siguen siendo más gruesos que sus competidores directos, luego Apple estaría intentando alcanzar a la competencia.
Por último, mencionar otro detalle que ha señalado Ming-Chi Kuo, y es que el uso de este tipo de pantallas “in-cell” permitiría a Apple agilizar el proceso de fabricación del iPhone, ya que el número de componentes de pantalla se reduciría de seis a tres y los pasos para la producción de la misma se reducirían de ocho a cinco. Esto además provocaría una disminución en un 20% de los costes durante el proceso de fabricación. Lo que no tiene tan claro este analista es si esa reducción de costes repercutiría en el precio final del equipo o los precios que subvencionan los operadores.
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