Otra más. Ya está aquí. FIFA 15 se ha convertido en realidad, tras muchos meses hablando de todas esas novedades que va a traer en su versión más completa, que es la ‘next-gen’, la de PS4, Xbox One y PC. Esa que lleva el motor Ignite en su interior y que nos promete un realismo de esos que jamás habíamos visto.
Lo cierto es que ya lo pudimos probar hace unos meses antes de irnos al E3 en junio, cuando Electronic Arts lo trajo a España justo a la semana de cerrarse la temporada 2013/14 con la final de la Champions en Lisboa. Entonces, nos contaron muchas de esas cosas que estaban retocando y que afectarían directamente a lo que este decana de las sagas de fútbol podría ofrecer a sus fieles.
Lo primero y principal, decir que Ignite cuenta en este segundo año consecutivo que llega a la ‘next-gen’ con un afinado un poco más detallado. En lo esencial se mantiene todo el catálogo de calidad mostrado en 2013 cuando se estrenó FIFA 14 en PS4 y Xbox One, salvo que ahora lo mejora todavía más con pequeños ajustes que seguramente ya sabéis cuáles son.
Modos para no descansar jamás
Hace tiempo que los FIFA dejaron de ser una franquicia donde simplemente entrábamos, elegíamos equipo y nos echábamos partidos para ver quién ganaba. Si nosotros, o la máquina, o el colega al que hubiéramos invitado a casa para meterle cinco. Ahora, el compendio de opciones, tipos de juegos y competiciones hace que FIFA 15 sea un auténtico zoco donde la diversión está monopolizada por modos que un recién llegado a la Tierra no entendería.
Para empezar están todos los modos amistosos, temporadas y carrera que, se divide a su vez en dos: mánager y futbolista. El primero es el viejo heredero de aquel FIFA Manager que salió durante algunos años y que al final murió engullido por la bestia principal. Aquí no hace falta decir lo que hay que hacer: gestionar, administrar, decidir, imponer, cambiar, vender, comparar, subir y bajar precios de jugadores, entradas, estadios, entrenamientos, gradas, etc.
¿Que te tira más ser un futbolista? Pues ya sabes. Escoges a uno real o te inventas uno y le haces llegar a lo más alto en partidos que son realmente divertidos y que, si jugamos manejando a un solo ‘player’, recuerdan a aquella mítica franquicia de Namco (cuando era solo Namco) llamada Libero Grande. Aquí encima, comiéndonos un gol con Casillas…
Dentro de los modos que podríamos considerar como offline, está también el entrenamiento y los juegos de habilidad donde podremos escoger portero o jugador, en unas pruebas que, aunque parezca que son un poco insulsas, sirven bastante para ir cogiendo el tranquillo a sus movimientos. Pero claro, cuando hablamos de un juego que ya ha cumplido más de 20 entregas, hablar de estas cosas le deja a uno en mal lugar, a pesar de que el famosos modo ‘casual’ del año pasado, que nos permitía manejar el juego con apenas dos botones, parece haberse evaporado. ¿Se habrá quedado solo para PS3 o Xbox 360?
Y llegamos al Ultimate Team, ese que en Xbox (One y 360) tendrán el modo Legends a diferencia de las PlayStation o PC, que no lo catarán por segundo año consecutivo y que esconde un juego de cartas donde podremos crear un equipo, gestionarlo para conseguir la famosa ‘química’ (por nacionalidad, club, etc.) y hacer que seamos unos auténticos campeones. Esta pata seguramente que ya la conocéis y básicamente mantiene las mismas formas de juego que en las últimas entregas de FIFA.
¿Más? Pues en la pata online están los partidos contra otros jugadores del mundo por subir ránking o simplemente divertirnos en amistosos pero, donde está la auténtica clave de todo es en las temporadas (cooperativas también) y los clubes Pro. Estos dos (o tres) últimos modos pueden llegar a ser los verdaderos motores que harán de FIFA 15 que nos dure hasta que en septiembre del año que viene llegue FIFA 16.
Por cierto, realmente divertida la fórmula en Clubes Pro de jugar 22 ‘players’ a la vez manejando cada uno a un futbolista. Ya lo vimos en ediciones pasadas y despuntaba lo suyo. El grado de sincronización que hace falta parar jugar todos juntos sabiendo cuál es la táctica, lo convierte en uno de los grandes hallazgos de las últimas entregas. Pero vayamos al grano.
Lo que se siente, el ‘feeling’
Por muchos modos que os contemos que hay, partidas posibles y demás historias, al final hay algo que es lo que uno busca en un juego de fútbol. El ‘feeling’ con la realidad (que no con el realismo), que al manejar el juego de verdad sintamos que estamos disfrutando del fútbol como más nos gusta.
Antes de nada debo decir que he sido siempre un ‘fanboy’ de los PES y me sigue doliendo en el alma lo que le lleva ocurriendo a la saga de Konami, y a pesar de todas las mejoras que FIFA viene añadiendo desde hace unas cuatro o cinco ediciones (en las que se ha hecho con el control absoluto del mercado de los juegos de fútbol), sigo sin percibir las mismas sensaciones que en los buenos tiempos de los mejores Pro Evolution Soccer.
En todas las presentaciones a las que he asistido de FIFA 15, tanto en España como en las ferias y demás, he visto el enorme trabajo que han llevado los chicos de EA Sports por añadir detalles que son auténticas virguerías. Se percibe una mayor suavidad en el movimiento de los jugadores, los choques ahora son más evidentes y las reacciones de los porteros, de verdad, están ahí para disfrutarse.
Pero aunque la física del balón (eje fundamental que hace funcionar el juego) también es de una perfección envidiable, da la sensación de que el desarrollo de los partidos es más pesado, no es tan ágil como incluso llegaríamos a recordar de ediciones pasadas de PS3 o Xbox 360. Los futbolistas siguen controlando el balón con cierta pesadez, lentitud y aunque la pelota no va del todo pegada al pie del jugador, hay un espacio para perderlo si no lo hacemos bien.
Otro de los detalles que hemos podido ver en los partidos es que la IA de los jugadores que no controlamos nosotros sigue siendo muy variable, no parece seguir un patrón más allá de lo que tienen establecido y no da la sensación de que puedan llegar a improvisar: el lateral sube descontroladamente la banda en cuanto hay un hueco, el delantero rematador busca obsesivamente los balones al centro del área y los mediocampistas se dan media vuelta en cuanto huelen el área contraria.
Eso de los jugadores ‘box to box’ no existe, y salvo que hagamos una estrategia muy agresiva con la mitad del equipo asomado al balcón del área enemiga, acabaremos atacando con dos o tres efectivos nada más. Ya os digo que apenas acompañan y cuando lo hacen no leen bien la jugada, tomando casi siempre la decisión menos inteligente. Obviamente no se le puede exigir a una máquina que sea capaz de pensar a la velocidad de Guti, o de Iniesta, o de Xavi, pero un cierto patrón táctico nunca viene mal.
Otro de los elementos que se siguen sin percibir completamente ‘redondos’ es el de los disparos a puerta. FIFA ha pasado por muchas fases a lo largo de su historia y casi siempre ha ido de un extremo a otro sin detenerse en un punto medio. Y es que los efectos de los disparos siguen sin tener un patrón establecido, unas normas ya que da la sensación de que quien tira, en función de sus habilidades, lo hace de una manera completamente distinta. Es posible disparar desde el borde del área pero en muchas ocasiones, la única forma de meter gol es tras un rebote del portero. Encima, como todos los movimientos se han mejorado y ahora el cancerbero reacciona incluso a balones que pegan en un defensa, superarlos se convierte en una tarea titánica.
Tened en cuenta que al no poder recurrir al tiro exterior, terminamos por intentar hacer jugadas y son muy pocos los futbolistas que en FIFA 15 tienen la capacidad de superar al contrario. Este es precisamente uno de los problemas de quienes juegan de forma coordinada, tocando y buscando pases, que la IA no acompaña, por lo que si decidimos hacer la guerra por nuestra cuenta al final tampoco podemos progresar.
En este punto, tal vez el último FIFA que permitía un juego más rápido y de desborde fue el de hace un par de temporadas, e incluso el anterior, FIFA 12, que fue de los que hoy podríamos considerar como antiguos. En esas entregas se mantenía todavía ese espíritu que no llegaba a ser totalmente realista y dejaba cierto margen para el control arcade. Está claro que a los que nos gusta el fútbol, cuanto más real mejor, pero no necesariamente eso debe trasladarse al juego, a lo que podemos hacer. Un cierto control ‘irreal’ nunca viene mal, para hacer un regate espectacular, o un disparo bien colocado a un palo sin que el portero llegue.
Lo que se ve, lo que se siente
FIFA 15 sí que da un paso de gigante en la inclusión de todo lo que tiene que ver con el ambiente del fútbol, con los estadios, las aficiones y todo lo demás. Decir ahora que el juego de Electronic Arts inlcuye decenas de equipos, ligas, países, selecciones, equipaciones y jugadores y que es una auténtica maravilla, es perder el tiempo por que ya lo sabéis. Incluso que han calcado los ambientes de los estadios más famosos del mundo, no solo en su arquitectura, sino en los cánticos y ‘tifos’ que realiza la afición.
Los cánticos de los fans del Liverpool, del Barça, del Atleti, del Sevilla, del Bayern de Múnich, del Real Madrid… todos están aquí metidos y a tanto rigor llega la recreación que hasta los rotulos, efectos de transición y tipografías televisivas se mantienen. La Premiere League o la Bundesliga aparecen ahí reflejadas, incluso me atrevería a decir que con la misma escaleta de planos cortos y largos, que muestran al que mete el gol y al portero abatido, al aficionado contento y al que lo lamenta… es auténticamente sublime.
En fin, Ignite, el motor de la nueva generación de Sony y Microsoft (y ahora PC) hace su trabajo con una portentosa perfección. Disputar partidos acaba siendo divertido, a base de entender cuáles son las triquiñuelas que el juego utiliza para mover a los futbolistas que no llevamos nosotros, aunque casi es más entretenido ver las repeticiones de las jugadas una y otra vez. Comprobar cómo se levanta y deteriora el césped, o el agua de la lluvia, o las dobleces de la ropa, las sombras, el detalle, los brillos de las botas, las texturas que lo envuelven todo.
¡¡FIFA, hazte un poco más ‘arcade’!!
El fútbol brilla con FIFA 15 a pesar de esas pequeñas cosas que seguramente se irán puliendo en las próximas entregas. Hay que recordar que los momentos más críticos de estas sagas llegan precisamente al comienzo de las nuevas generaciones, hasta que se afinan las cosas y se van puliendo para tener el mejor juego posible cuando ya han transcurrido tres, cuatro o cinco juegos.
Si me fueran a escuchar los responsables de FIFA, les diría que vuelvan un poco a los orígenes, que añadir choques entre futbolistas, o un mejor motor de detección está muy bien, pero creemos que son cosas que lo hacen más real, pero también más torpe y menos ágil. Dar un poco de margen al control ‘arcade’ nunca viene mal por que seguramente muchos de los que gustamos jugar con estos títulos lo que queremos no es un simulador 100% realista.
Aún así, y con todas esas cosas que seguramente van a ir mejorando, FIFA 15 es el mejor juego de fútbol, salvo que Konami en noviembre diga lo contrario con PES 2015. PEro así entre nosotros, os avanzaré que no tiene pinta de que las tornas vayan a cambiar…
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