Hace dos semanas os mostrábamos lo que iOS podría aprender de Android, el sistema operativo móvil de código abierto. En esta ocasión nos situamos en “el bando contrario” para destacar las cualidades y características que diferencian, en este caso, al sistema operativo móvil de Apple, iOS, de Android. Como anunciamos en el titular, la característica más destacable a priori es que el sistema operativo iOS está diseñado específicamente para un hardware muy concreto, como a continuación desarrollamos.
Mientras que el sistema operativo móvil Android abarca una muy extensa variedad de dispositivos -teléfonos inteligentes y tabletas- de diferentes fabricantes, el de Apple -iOS- está específicamente diseñado para un catálogo de dispositivos muy reducido entre los cuales encontramos el iPhone -en sus diferentes modelos y variantes- y el iPad -exactamente lo mismo-. Esto que acabamos de señalar condiciona una de las diferencias más importantes de iOS con respecto a Android.
iOS, la relación software – hardware optimizada al máximo
Cuando consultamos las especificaciones técnicas de los teléfonos inteligentes y tabletas con sistema operativo móvil Android, nos damos cuenta de que los componentes -a menudo- son mucho más potentes que los que incorporan los iDevices. Sin embargo, esto no siempre se traduce en un mayor rendimiento, sino que más bien suelen situarse a la misma altura o, incluso, a pesar de incorporar componentes más potentes se quedan por detrás de los iDevices -iPhone y iPad-. ¿Por qué es esto? Igual que ocurre con los ordenadores de Apple, sus dispositivos móviles están específicamente diseñados para su sistema operativo, y viceversa.
De esta forma, Apple alcanza un nivel de optimización en la relación hardware – software que en el caso de los dispositivos Android no es posible, simplemente, porque abarca una mucho más extensa cantidad de dispositivos con diferentes componentes -pantallas, procesadores y muchos otros aspectos-.
Los desarrolladores “principales” prefieren iOS
Aunque esto cada vez ocurre en menor medida, sí es cierto que iOS, el sistema operativo móvil de Apple, suele ser el preferido por los desarrolladores. La prioridad de lanzamiento de aplicaciones multiplataforma suele situar, a menudo, a iOS por delante de Apple, a pesar de que el liderazgo actualmente se sitúa en el sistema operativo móvil de Google.
Entre otros motivos que se nos podrían ocurrir a los usuarios, cabe señalar que la “piratería” en iOS es mucho más complicada que en Android. Probablemente esto haga sentir a los desarrolladores de aplicaciones de pago mucho más protegidos y, por este mismo motivo, tienen preferencia por iOS.
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El diseño es importante, muy importante
Aplicaciones como WhatsApp o Twitter varían por completo si las utilizamos en Android y en iOS. Mientras que en Android nos encontramos con una interfaz -en ambos y en más casos- poco uniforme con respecto al sistema operativo móvil en general, en iOS el diseño -la interfaz- está cuidada al milímetro. De este modo, prácticamente cualquier aplicación que utilicemos en iOS estará adaptada a los “estándares” de diseño de Apple, manteniendo una “armonía” visual que no encontramos en el resto de sistemas operativos.
El software para el usuario, no el usuario para el software
A pesar de que siempre podremos encontrar ese punto en el que el usuario escoja todos los parámetros y configuraciones, por lo general, las aplicaciones en iOS están especialmente diseñadas para “no dar problemas”. La cámara de los iPhone y iPad es un buen ejemplo de esto mismo. Mientras que en Android encontramos un montón de aspectos a configurar para alcanzar los resultados óptimos, en iOS el usuario no necesita “tocar nada”. Esto simplifica la vida del usuario y nos lleva a ahorrar tiempo.
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