Hace unos días os comentamos que Instagram lanzó una nueva funcionalidad para sus millones de usuarios, Instagram Video. La nueva función la tardó en conseguir adeptos, alcanzando ya 5 millones de videos subidos en solo un par de días desde su puesta en marcha. No obstante, lo más probable es que la mayoría de las personas no repitan, al menos no muchas veces el uso de esta función y os explico porqué.
1) La calidad es clave. Instagram es famosa, entre otras cosas, por reducir severamente la calidad de nuestras fotografías con lo que uno no puede evitar imaginarse lo que la red social de fotografías hará con nuestros vídeos. Si no subimos nuestros vídeos en resolución Full HD lo más factible es que terminemos viendo un píxel que se parece a algo que grabamos y cuya extensión se parece más a VGA que a otra cosa. No todos los móviles cuentan con vídeo en Full HD, de hecho la mayoría se quedan en HD con lo que uno solo puede imaginarse la clase de videos que veremos.
2) La duración es muy corta. El límite impuesto por instagram para nuestros vídeos es de solo 15 segundos. Se entiende que el servicio nace para competir contra Vine de Twitter pero se pierde de apelar a las grandes masas gracias a esta ridícula imposición de 15 segundos. Si el límite rondase lo aceptable como 3 minutos sería un servicio mucho más popular. Poco puedes filmar realmente el 15 segundos, al menos poco que valga la pena.
Estas son mis dos mayores objeciones contra Instagram Video y estos son los dos motivos por los cuales creo firmemente que será un éxito entre los “modernillos” y los de marketing pero conseguirá poca cosa entre la masa de la audiencia de Instagram.
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