Una gran parte de los componentes de iPhone 5 se fabrican en Foxconn. La compañía China desde hace años es colaboradora de Apple, algo que continúa produciéndose por el momento. Desde hace tiempo se vienen denunciando las condiciones de trabajo de los empleados, ya que estas no son precisamente las mejores que se pueden encontrar (incluso, se ha producido suicidios).
Pero, por lo que parece, tampoco esto ha cambiado las condiciones en las que trabajan allí y, claro, al final la cuerda está tan tensa que han comenzado a producirse huelgas e, incluso, disturbios. Un ejemplo de ello es que el 24 de septiembre se cerró momentáneamente la fábrica deTaiyuan debido a que se produjeron altercados graves entre trabajadores, se indicó que unos 2.000 participaron, que acabaron con 40 hospitalizaciones y un buen número de detenciones. Esto, según diversas fuentes, se debe a la tensión que tienen en su trabajo diario.
La tensión continúa y Foxconn apenas hace nada
Con estos precedentes se podría pensar que Foxconn tomaría cartas en el asunto… pero nada más lejos de la realidad. En vez de intentar mejorar las condiciones laborales de sus empleados que, es evidente que no pésimas, parece ser que la presión sobre estos aumenta.
Parece ser que, debido a las exigencias de Apple en la fabricación de iPhone 5, algo que a buen seguro que los compradores finales agradecen, el fabricante de componentes ha aumentado los controles de calidad que, ahora, se sitúan en una variación máxima de 0,02 mm. Una medida que no es apreciable para el ojo humano pero que presiona a los trabajadores que, además, no han sido formados debidamente pare conseguir esto.
Según China Labour Watch, esto, unido a que se han cancelado las vacaciones de muchos empleados (un ejemplo fue en la semana de la fiesta nacional China) y a que los inspectores al no conseguir los objetivos han llegado a golpear a los trabajadores, tuvo consecuencia una huelga de 4.000 empleados el día 5 de octubre en la fábrica de Zhengzhou que, según esta organización, paralizó la fabricación de iPhone 5.
Por lo tanto, problemas para Apple que ve como el suministro de su teléfono ha sufrido retrasos (quizá existan más paros, pero eso se desconozca en este momento). Sin ir más lejos, en España hay que esperar, como se comprueba en su página web, hasta cuatro semanas para recibir un iPhone 5.
La verdad es que desde Cupertino deberían asegurarse que lo que piden puede ser conseguido por sus fabricantes y, además, tener la certeza que las condiciones no sean muy pobres para llegar a buen puerto. Una empresa como Apple no debería verse mezclada en este tipo de cosas… ¿verdad?
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