En los últimos meses hemos asistido a la proliferación de algunos portales en España que ofrecen a los usuarios cines y películas en un intento de imitar el modelo de Netflix. Sin embargo, el portal de referencia en EEUU en este sector atraviesa un momento delicado. ¿Tienen futuro este tipo de servicios en nuestro país?
El primer trimestre del año se ha saldado en forma de pérdidas para Netflix. El videoclub online que cuenta por millones sus usuarios en los países donde opera (Reino Unido e Irlanda son los únicos en Europa) consiguió unas cifras espectaculares el pasado año y los analistas confiaban en que esta progresión positiva continuaría en 2012. No obstante, el optimismo ha quedado frenado tras los primeros meses del año a pesar de una importante noticia para el consumo de películas y series en la Red: el cierre de Megaupload.
En lugar de impulsar las suscripciones al portal que ofrece los contenidos en modalidad de tarifa plana mensual, los primeros meses de 2012 han deparado un balance negativo. Esto no hace sino situar en el punto de mira a las alternativas que han surgido en el sector, que en cuestión de meses han tenido un importante desarrollo en nuestro país. Aunque el pasado año se anunció que Netflix elegiría a España como pista de aterrizaje en Europa, la realidad ha sido bien distinta y otras iniciativas se han adelantado a la compañía norteamericana visto el potencial del sector.
A las plataformas de operadores como Movistar u Ono, se han unido incursiones como la de Canal+ con Canal+ Yomvi o las recién estrenadas Youzee o Nubeox. De este modo se ha completado una oferta legal formada por otros servicios como Filmin, Wuaki o Voddler. Como leemos en elEconomista.es, los fabricantes de televisores como Samsung, LG y Sony también se han querido sumar al sector de los videoclubes online, acompañados por otro gigante como Apple y en breve Google.
No obstante, las cifras logradas el año pasado no muestran una realidad excesivamente optimista, puesto que la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) admitió que se había producido un descenso del 5% en el consumo de películas de pago en Internet en nuestro país. En teoría, una oferta más variada podría impulsar el sector, pero las plataformas de vídeo bajo demanda en España siguen ofreciendo un catálogo escaso y unos precios altos.
Aquella que consiga adecuarse a la realidad de nuestro país será la que se lleve el gato al agua. Resulta difícil creer que los usuarios desembolsen 4 o incluso 5 euros por una película que pueden encontrar en la Red gracias a redes P2P. Esperar que se paguen 2 euros por un capítulo de una serie que, igualmente, está disponible a coste cero en otras plataformas es vivir alejado de la realidad. El sector ha de hacer una profunda reflexión y empezar a plantearse que crea unos contenidos muy demandados, rentables a todas luces, pero que puede que hayan dejado de ser fuente de ingresos multimillonarios. Cuanto antes llegue a esta conclusión, antes alcanzará la rentabilidad y se asentará en un país donde los usuarios ya han demostrado sobradamente su disposición a pagar siempre y cuando los precios sean asequibles.
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