- El cable Ethernet es una opción si al WiFi le afectan interferencias que restan velocidad (en ocasiones, hasta un 60%).
- Frente a la comodidad de la segunda opción, aparecen las mejores garantías de velocidad y seguridad de la primera.
- La velocidad máxima de los estándares no siempre se cumple, ya que influirá el entorno en el que se encuentre la persona.
- Una conexión a Internet por cable siempre será más estable y rápida que una conexión inalámbrica, aunque implicará el tendido de cable.
Frente a la comodidad que ofrece el WiFi sigue apareciendo la garantía (tanto en velocidad y seguridad) que supone conectarse a través de cable. Hay que aclarar, antes de nada, que una opción u otra no hará ir más rápido el acceso a Internet respecto al máximo contratado. Bajo la tecnología wifi se encuentran diferentes estándares que regulan la banda del espectro de 2.4 gigahercios donde trabajan, así como el resto de parámetros necesarios para su uso.
Cada evolución de los estándares ha supuesto una mejora en las condiciones máximas, tal y como cuentan desde Consumer, aunque no siempre reales, de acceso. Sin embargo, esta velocidad no siempre se cumple, ya que intervienen diferentes factores asociados al entorno donde se encuentre el usuario. Esto es debido a interferencias con otros dispositivos que trabajan en un rango del espectro cercano al WiFi, así como la pérdida de señal motivada por la distancia al router o barreras naturales como paredes y muros. Por esta razón, se trabaja en el desarrollo de un nuevo estándar, 802.11a, que funciona en la banda del espectro de los cinco gigahercios. En esta banda no existe tanta saturación como en la de 2.4 gigahercios, pero por contra, su alcance es mucho menor. Por tanto, está indicado para usos concretos.
Según un estudio realizado por el portal Testdevelocidad entre tres millones de muestras válidas entre el primero de enero y el 31 de marzo de 2012, el rendimiento de las conexiones sin cables de banda ancha tiene una caída de hasta un 62,4%. Para ello, los investigadores han medido la fluctuación de las conexiones a Internet así como su variación a lo largo de un tiempo estimado. Señala este portal que la pérdida de aprovechamiento es mayor conforme la velocidad de conexión a Internet contratada sea mayor. Es decir, los clientes con conexiones a Internet de 20, 50 o 100 megabytes por segundo suelen tener una caída de rendimiento superior al 50%, según el proveedor de acceso a Internet contratado.
Una de las causas de este descenso está en la forma en que se envían y se reciben los datos. Mientras una conexión WiFi funciona mediante una señal de radio que no permite que el envío y la recepción de datos se pueda realizar de forma simultánea ("half-dúplex"), las conexiones de cable Ethernet sí pueden funcionar de manera que los datos se envíen y se reciban al mismo tiempo ("full-dúplex"). En este sentido, algunos investigadores trabajan desde hace años en encontrar una forma de convertir las redes wifi en "full-duplex" para duplicar su capacidad actual.
Por otro lado, protocolos de seguridad inalámbrica como WEP, para controlar el acceso no autorizado a una red WiFi, se pueden saltar de forma sencilla. Por este motivo, existen otros protocolos más seguros como WPA2, así como diferentes técnicas para mitigar el acceso no autorizado. Sin embargo, en muchas empresas las redes inalámbricas están prohibidas por seguridad.
La gran desventaja del cable
Este tipo de problemas no afectan al cable Ethernet en entornos domésticos. Por tanto, una conexión a Internet por cable siempre será más estable y rápida que una conexión inalámbrica, aunque implicará el tendido de cable, tanto más incómodo y estéticamente aparatoso cuanto mayor sea la distancia entre el router y el aparato a conectar.
En algunos casos, el uso del cable es la mejor opción. Por ejemplo, en dispositivos que necesiten una conexión estable a Internet de banda ancha para acceder a contenidos audiovisuales de alta definición desde centros de entretenimiento o los llamados Smart TV, televisores con conexión a Internet.
También es apropiado para acceder desde consolas de videojuegos, en el uso de juegos en línea, ya que la velocidad sostenida y los tiempos de respuesta son esenciales para poder obtener una buena experiencia de usuario durante una partida.
Por su parte, una conexión de cable está recomendada para ordenadores donde sea esencial que la conexión no esté sometida a interferencias, o en el caso de requerir subir o bajar gran cantidad de datos a través de Internet.
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