Microsoft podría dar marcha atrás en su supuesta decisión de incluir en su futura Xbox 720 un sistema que impediría leer los juegos de segunda mano. Así al menos lo considera la máxima autoridad de GameStop, una de las cadenas de videojuegos que ofrece este tipo de mercado. La polémica decisión aún trae cola.
A comienzos de este año saltaba la polémica en torno a la consola de próxima generación de Microsoft, Xbox 720. La noticia de que la compañía norteamericana pensaba incluir en aquélla un sistema que impidiera leer los juegos usados corrió como la pólvora por la Red y los diferentes medios, y poco después se abría un debate entre los defensores y los detractores de una medida como ésta.
Por un lado, quienes estaban de acuerdo con la medida consideran ese mercado de segunda mano como uno de los responsables de la crisis en la que sigue inmersa la industria de los videojuegos. Con ella, los usuarios que quieran hacerse con un título no tendrían más remedio que comprar el original, y así los beneficios irían a parar también a quienes lo llevaron a cabo.
La medida resultó polémica sobre todo por el alcance del “castigo”, ya que no se trataría del que actualmente alguna compañía está incluyendo en sus juegos, con el famoso Online Pass, que obliga al comprador de un juego usado adquirir por 10 euros dicho pase. En el caso de Xbox 720, la consola incluiría, según se especula, un sistema que vinculará el juego a la consola, lo que haría de aquél un producto completamente inutilizable fuera de ésta e imposible de leer en otras consolas.
En contra de la medida, obviamente, la mayor parte de los usuarios, que ven en el mercado de segunda mano una gran oportunidad para acceder a títulos que, por otro lado, resultarían privativos, al tiempo que se deciden por probar algún que otro título que no le resulte lo suficientemente atractivo como para desembolsarse la cantidad que estipula el precio del original.
Pero también surgieron voces críticas dentro de la industria contra dicho sistema, desvinculado la crisis actual con las ventas de juegos de segunda mano e incluso de la piratería.
¿Marcha atrás?
Pues bien, ahora Microsoft podría dar marcha atrás (si es que realmente había tomado la decisión) y finalmente no incluiría el polémico sistema en su futura Xbox. Así al menos lo cree Paul Raines, máxima figura de la cadena de tiendas de videojuegos más grande del mundo, GameStop, cuyo mercado de segunda mano le reporta grandes beneficios.
El ejecutivo ve “poco probable” que Microsoft vaya finalmente a implantar un sistema contra los juegos usados en su futura consola, y manda así un mensaje de tranquilidad a los inversores y clientes, que veían en dicha medida un gran obstáculo para el futuro del sector, siempre con la crisis como telón de fondo. Y está seguro de ello porque, asegura, es “un modo que no ha demostrado que vaya a funcionar”.
Obviamente, no hay que esperar con mucha ilusión alguna contestación oficial por parte de Microsoft, pues parece que han establecido la ley del silencio más absoluto (aunque de vez en cuando se escape alguna información).
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