Hace apenas unas horas anunciábamos el golpe de timón dado por Movistar en su estrategia comercial móvil. La compañía da por finalizado el actual modelo de subvenciones de terminales para pasar a otras formas de competir en el mercado. Entre ellas está la recompra de dispositivos a sus usuarios.
Las subvenciones de terminales de alta gama se han convertido en un quebradero de cabeza para los grandes operadores. Desde hace meses venían anunciando la insostenible situación en la que se había derivado de una burbuja que está lejos de permitir a las compañías conseguir los beneficios esperados. Con el fin de atraer nuevos usuarios y, sobre todo, de retener a los que ya tienen para que no huyan a otras compañías han venido ofreciendo terminales de altas prestaciones que han dado lugar a una situación no deseada por los operadores.
Pero Movistar ha decidido dar un paso al frente y alejarse de esta peligrosa espiral en lo que supone una nueva estrategia para reforzar su liderazgo en el sector móvil. En los últimos meses ha visto cómo las portabilidades a sus filas no han crecido tal y como esperaba, dando lugar al ascenso de sus rivales y a que los OMV se asienten en el mercado gracias a una política que va a tener como referente en su nuevo camino: la de las tarifas más económicas a base de reducir sus gastos. Igualmente, se prevé que la inversión en infraestructuras sufra un nuevo impulso con el fin de las subvenciones móviles.
En su nueva línea, que comenzará a partir del inminente 1 de marzo hay varias medidas. Una de ellas pasa por lafinanciación de la compañía a los terminales de gama alta, que irán con unos planes desde 10 euros al mes en plazos de hasta 18 meses y sin cobrar intereses. Esto será posible gracias al acuerdo alcanzado con Fincosum, la financiera de La Caixa, y que será la elegida para que los clientes concreten las cantidades a financiar en la adquisición de sus nuevos móviles.
Por otro lado, Movistar también se mostrará dispuesta a permitir que los clientes del operador le entreguen los terminales que ya no utilizan. El usuario podrá acudir a los distribuidores y puntos de venta que la compañía tiene en todo el territorio nacional y conseguir hasta 245 euros que le permitirán adquirir un nuevo teléfono. Como leemos en El País, si el usuario es poseedor de Blackberry o Sony Ericsson, contará con 30 euros extra en la cantidad que pague Movistar.
La otra línea que mejorará la compañía será la de fidelización de sus usuarios con los puntos que logran por sus facturas. El operador buscará que sus clientes puedan acceder a los mejores terminales en condiciones ventajosas tras su experiencia con la compañía con el fin de que estos no se sientan en la tentación de portar su línea móvil a la competencia. ¿Conseguirá Movistar mejorar su tendencia gracias a estas nuevas medidas?
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