Los discos duros en red o NAS, que hasta hace poco eran caros y para
uso local, son ahora muy sencillos de utilizar, se acceden desde
Internet y cuestan casi lo mismo que un disco duro normal de la misma
capacidad. Basta con conectarlos directamente al router para
generar una dirección IP en Internet y crear una copia de toda la
información que se quiera. Estos archivos son accesibles desde cualquier
ordenador, tableta o teléfono inteligente conectado a Internet; incluso
se pueden compartir carpetas con terceros a los que se les haya dado el
derecho de acceso y la contraseña.
Se trata de un sistema de almacenamiento en la nube, tipo Dropbox
o similar, con la diferencia de que la información está almacenada en
una unidad de disco propia, que se ha comprado y se tiene físicamente en
casa o en la oficina. No hay que pagar cuotas mensuales por su uso y
solo puede subir o bajar información, desde cualquier acceso a Internet,
quien tenga autorización. Con el cierre de Megaupload
y sus consecuencias, se prevé que aumente la demanda de estos
dispositivos, porque ahora son mucho más asequibles y a prueba de todo
tipo de intrusos. Se les llama de “nube privada” para distinguirlos de
los sistemas de “nube pública” a un servidor situado no se sabe dónde.
Al conectar el disco de red al router, el programa
suministrado genera una IP y una contraseña en el ordenador principal,
desde el que se controla la copia de archivos al disco de red y a los
usuarios y terminales que tengan acceso. Los archivos estarán
disponibles a través de Internet desde cualquier terminal que haya
recibido la autorización, con la IP y contraseña. En cada escritorio
autorizado habrá un icono para acceder directamente al disco de red y
también se puede tener una copia en el ordenador de toda o parte de la
información, constantemente actualizada. Cuando varias personas trabajan
en un mismo documento, este sistema es muy útil porque se tiene acceso
directo o remoto a la última versión compartida. A las ventajas de
contar con una copia de salvaguarda se añaden así la de tenerla en red.
Existen varios fabricantes de estos discos que se conectan al router, conocidos genéricamente como discos NAS (de Network Attached Storage).
Los modelos más conocidos y disponibles en tiendas españolas son el MyBook Live de Western Digital y el Home Media Network de Iomega, ambos con un programa de creación de nube privada. Otros fabricantes con productos similares son Freecom, Plextor, D-Link o Netgear,
entre otros. Típicamente tienen una capacidad de dos, tres o cuatro
terabytes, a unos 100 euros por terabyte (un terabyte son 1.000
gigabytes). En el caso de que se necesite mayor capacidad, siempre se
puede conectar un disco externo al puerto USB del disco en red.
Estos discos reproducen cualquier archivo multimedia, sean imágenes,
películas o música, y además funcionan bajo el protocolo DLNA. De esta
forma, por ejemplo, se puede ver una película almacenada en el disco
desde el televisor del hogar conectado a Internet o bien desde cualquier
sitio con un ordenador o tableta. Como las tabletas actuales tienen una
capacidad reducida, normalmente de 32 gigabytes, con un disco en red se
puede acceder remotamente a todo el archivo privado. Existen
aplicaciones para bajarse los archivos tanto de un teléfono Android como
de un iPhone. Los discos en red funcionan indistintamente con Windows,
Mac o Linux.
Existen versiones de discos de red más profesionales, como los ix2,
ix4, px4 y px6 en el caso de Iomega o el Sentinel de Western Digital.
Alojan estos equipos dos, cuatro o seis discos físicos, con lo que se
pueden programar para que hagan una copia duplicada de la información y
evitar cualquier fallo o bien tener el doble de capacidad. La carcasa de
estos equipos profesionales es más robusta y el programa admite más
posibilidades, como copias remotas entre distintos discos en red, útiles
para empresas con varias delegaciones.
Desde enero, los discos duros ya no pagan el canon, con lo que
resultan más económicos. Sin embargo, en las últimas semanas ha habido
alguna escasez de producto y aumento de precios como consecuencia de las
inundaciones el pasado noviembre en Tailandia, donde existen muchas
fábricas de discos que quedaron inservibles. La producción ya se ha
restablecido y se espera que muy pronto los suministros estén totalmente
normalizados.
FUENTE: www.elpais.es
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